VÍACRUCIS
Comencemos con la señal de nuestra salvación y signo del amor que Dios nos tiene.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
R/. Amén.
XI. ESTACIÓN
JESÚS PROMETE SU REINO AL BUEN LADRÓN
V/. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo
Lectura del Evangelio según San Lucas. (23, 39-43)
Uno de los criminales crucificados le insultaba diciendo: «¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros». Pero el otro le reprendió diciendo: «¿Ni siquiera temes a Dios tú que estás en el mismo suplicio? Nosotros estamos aquí en justicia, porque recibimos lo que merecen nuestras fechorías; pero éste no ha hecho nada malo». Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas como rey». Y le contestó: «Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso».
Oración:
Jesús, cada uno de nosotros es simultáneamente el malhechor que blasfema y el malhechor que cree. Señor, acude en ayuda de mi falta de fe. Estoy clavado en la muerte, sólo me resta gritar: «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino». Jesús, no sé nada, no comprendo nada en este mundo de horror. Pero Tú vienes a mí, con los brazos abiertos, el corazón abierto, tu sola presencia es mi paraíso.
«Acuérdate de mí, cuando llegues a tu Reino». Gloria y alabanza a tí, que acoges no a los sanos, sino a los enfermos; que tienes como extraño amigo a un desalmado; que desciendes a los infiernos y liberas a aquellos que se creían condenados y te gritan: «Acuérdate de nosotros, Señor, cuando llegues a tu Reino»
PADRE NUESTRO
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
Amén.
AVE MARÍA
Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
GLORIA
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.